Era Jueves por la noche, faltaba una semana para San Valentin y yo estaba en casa cachondo y soltero. Cogí el móvil y empecé a hablar con una chica que conocí por Tinder, llamemosla Bella. Empezamos hablando cosas insulsas y acabamos bromeando sobre el 14 de Febrero y de como no teníamos a nadie con quien follar en la fiesta del amor. Pero, por qué esperar una semana para follar pudiendo hacerlo ahora? Le dije que una de mis mayores fantasía era follar en un parque al aire libre y ella me dijo que hoy se podría cumplir... Estábamos los dos aburridos sin hacer nada, así que, ¿por qué no?
Quedamos en Villa Borghese a las 23.30, era la primera vez que nos veíamos, así que estaba un poco nervioso. Llegó un poco tarde pero mereció la pena. Era rubia de pelo rizo, tenia los ojos marrones y unos labios que pedían a gritos una mamada. Pero lo mejor era el culo, tenía un culazo blanquito para azotarlo, agarrarlo, morderlo y dejarlo todo rojo. Nos dimos dos besos y caminamos un rato por el parque hablando y buscando un buen sitio para follar. En cierto sentido fue romántico, paseando bajo la luz de la luna entrecortada a momentos por un mágico paisaje arbóreo.
Me senté en el banco, ella estaba a mi lado, y nos empezamos a besar. Que boca más rica tenía. Enseguida se subió encima mía, nos seguíamos besando mientras le manoseaba su cuerpo, prestando especial atención al culo. Ella me sacó la polla del pantalón y me empezó a masturbar suavemente, al ritmo de su lengua. Cuando ya estaba empalmado, me quité los pantalones y me la empezó a chupar. No esagero si digo que fue de las mejores mamadas de mi vida. Esa boca y esa lengua hacían maravillas. Me dijo que le encantaba chupar pollas, y se notaba, joder si se notaba...Después de unos minutos cuando ya estaba a punto de correrme le dije; para, que ahora te voy a follar.
La puse a 4 patas encima del banco, y le metí unos dedos antes de meterle la polla. Cuando le metí la polla pegó un grito, que no me extrañaría que alguno nos hubiera descubierto. Ella estaba muy mojada, le encataba mi polla, no te imaginas lo mucho que gemía a cuatro patas.Y yo como buen caballero, le cogía del pelo y la tiraba hacía a mi, para besarle el cuello o morderle la oreja. Después la eché hacia abajo y con mis dos manos le agaraba bien el culo mientras se la metía y le daba algun que otro cachete, joder como me gustaba su culo.
Cambiamos de postura y me senté en el banco, y ella se sentó en mi polla. Era una guarra increíble, sabía lo que hacía, estaba cabalgando sobre mí como una auténtica amazona. Le quité la camiseta y le saqué las tetas del sujetador. Tenía hambre y quería comerle las tetas. Tenía unas tetas normales, ni muy grandes ni muy pequeñas, muy apetecibles. Empecé besandolas y lamiendo todos los rincones y acabe mordiendole los pezones. Ella seguía arriba y abajo, disfrutando de mi grande polla, parecía que no se iba a cansar jamás. Después de comerle las tetas y no haber dejado nada en el plato, volvi a por el culo. Esta vez le metí un dedo mientras follábamos. Le pregunté si le gustaba y me dijo que le metiera otro.
Cuando nos empezamos a vestir nos dimos cuenta de que había unos vagabundos mirando, espero que no nos hayan hecho un video. Nos despedimos con lengua, le di la ultima palmada en el culo y nunca más nos volvimos a ver.
Basado en hechos reales...
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